VII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


TURISTA

Juan Pablo Goñi Capurro

Me sentía un tonto con mis ropas blancas y mi pañuelo rojo, entre un montón de personas vestidas como yo. Mi esposa, fanática de los toros, saltaba, abrazándose a quien pasara cerca. Yo hubiera preferido disfrutar de la gastronomía maravillosa del país en vez de pasar calor, aguardando los famosos toros. Fue imposible acceder a la plaza. Costaba entusiasmarse en esa calle estrecha donde cientos de jóvenes bebían. Parecíamos ejecutar una charada, una pose. Desde las ventanas arengaban. Cuando fui a pedirle a Laura de irnos, percibí que los gritos aumentaban de intensidad y el público de los balcones explotaba. Antes que reaccionara, la turba se movió, haciéndome girar. Cuando miré, la muchedumbre se había abierto; una inmensa bestia, cabeza baja, apuntaba sus cuernos en mi dirección. Corrí con una desesperación que jamás olvidaré. Alcancé una esquina, doblé cerrado. El toro resbaló, sus pezuñas resbalaron y pasó, de costado, hasta dar con la pared. Aproveché para treparme y pasé el resto del tiempo sostenido de una verja, con la adrenalina al máximo. Casi que no respiré hasta que pasó el último toro del encierro y pude volver a la calle, donde besé los adoquines y prometí no burlarme jamás de una fiesta popular.

A SUS SETENTA Y DIEZ.

Raquel Verdes Tainta

Concepción se despertó a las 9 de la mañana ese día. Estaba nerviosa. Entre las rendijas de la persiana se veía el sol de julio. En la silla reposaban la blusa y la falda blanca y encima el pañuelo y la faja roja de su marido fallecido, todo planchado perfectamente.
Se puso guapa se preparó y se colgó el pañuelo en el bolso.
A las 11:50 ya estaba en la terraza del Café Iruña con su Martini y su frito de jamón y queso. En ese momento apareció Carmen con su bastón en mano pero, con esa energía caracterizada. Se dieron dos besos como siempre y… sonó, sonó el cohete. En ese momento se abrazaron fuerte y se pusieron el pañuelo cada una al cuello. Era un día 6 de julio, en el mismo sitio con la misma amiga y la misma emoción de los 20 años. De fondo, sonaba el Vals de Astraín de una orquesta. Ellas pensaban que a sus setenta y diez no iban a desaprovechar el día mas importante que tenían desde la juventud. Hablaron, rieron, brindaron e incluso se arrancaron a bailar alguna jotica. Lo importante era que desde los 20 años ese día y esa compañía aun perduraba.

LLUVIA ROJA

Carmen Portillo Garcia De Las Baayons

Hoy el hombre del tiempo nos ha dejado perplejos. Ha vaticinado buen tiempo para la primera quincena de Julio. Temperaturas altas, sobre todo en Pamplona. Ha dicho que todo el que vaya esos días deberá ir vestido de blanco para paliar el calor de la emoción y la alegría porque viene fuerte. Que todo el que vaya tendrá que estar predispuesto a la diversión y participar en todos los actos que se celebren y, que se lleven pañuelos y cinturones rojos para poder lanzarlos al cielo al mismo tiempo y provocar la lluvia roja cuando suene el chupinazo para que se nos vea a través del satélite del tiempo, por todo el mundo. Estoy impaciente.Tengo todo preparado y tú?
Yo? Jajaja…