Una frase primaveral pamplonesa 2


Estamos cerca, peligrosamente cerca de San Fermín. Es una constatación objetiva y tenemos dos pruebas irrefutables:

  • Ya solo nos queda un peldaño para celebrar de la escalera de este año.
  • Mis hijos, cada vez que pasamos por la calle Estafeta, cosa que ocurre muy a menudo (a razón de 3 o 4 veces por semana) corren hasta el final en vez de venir a mi lado porque quieren mirar cuántos días, horas, minutos queda para el cohete.

Además, a nuestra edad, en esta época del año puedes descubrir perfectamente quien es más de Pamplona que seguir soñando con las escaleras mecánicas de Unzu, solo porque en algún momento le has oído comentar:

—Yo, este año, solo voy a salir el 6 de julio, que es el mejor día.

Es una de nuestras frases míticas. Y lo mejor de todo es que, cuando la decimos, sabemos perfectamente que ni siquiera es verdad. Saldremos. Saldremos, seguramente todos los días. Simplemente es un síntoma de que ese día estamos decididos a venirnos arriba y darlo absolutamente todo. Ir a muerte, como si no hubiera un mañana. Como si los hijos no estuvieran durmiendo en casa de los abuelos y no nos esperase detrás de la frontera un mundo de lavadoras blancas que poner.

Yo, el año pasado, en mi euforia de la mañana del 7, después de un 6 de julio en el que había disfrutado de cada minuto, cometí el grave error de decirle a mi hija mediana que “el año que viene” se vendría conmigo. Estamos a mayo, así que llevo 10 meses absolutamente arrepentida. Y, ella, los mismos 10 recordandome cada día que este año va a salir conmigo el día 6 de julio y que solo su hermano pequeño se quedará con la abuela. Por mucho que piense que me tenía que haber mordido la lengua ese día, sé que no hay marcha atrás. Cuando se trata de compromisos sanfermineros, hay que cumplirlos. Tendremos que ajustarnos todo el día. Ella tratando de parecer más mayor de lo que es y sin que se le caigan los ojos a una determinada hora. Yo, limitando el consumo de sorbete en el Gazteluleku. Y quien dice de sorbete dice de todas las demás bebidas espirituosas con las que me tendré que tropezar ese día.

Ya falta menos, es cierto. 56 días. Y en cada uno de ellos hacer la cuenta atrás para que el mundo, de nuevo cambie de eje y nosotros brindemos por ello.


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