IX Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


YA FALTA MENOS…

María Puy Villanueva Díaz

Ella se dispuso a vestirse de blanco y rojo, una vez más… .Había hecho una promesa. Viviría la fiesta de día , antes de irse. Esperaba que la ayudara a recordar.
Él se dispuso a vestirse, para ir a trabajar. Dormiría de día y vería la noche desde la barra, como siempre. Esperaba que le ayudara a olvidar.

No era probable que coincidieran, no estaba previsto que se encontraran, pero el destino es caprichoso. No eran unas fiestas más. Estas eran diferentes. Las de despedida para ella, las de expectativas, para él.

Ella caminaba rezando una jota. Él iba silbando una jota, cuando sus pasos se cruzaron en el eterno y denso recorrido del encierro.
Ninguno dijo nada. Pero entre el ruido del gentío, los ojos gritaron lo que callaron las bocas. Ella quiso decir: “Aún tienes estrellas en los ojos”. El quiso responder: aún me tiemblan las piernas”.
Tantos nudos en sus gargantas como en sus viejos pañuelos.
Se oyó en lo alto una jota… Ella miró al cielo…él al suelo.

A lo lejos, alguien cantaba: no te vayas de Pamplona, no te vayas de Navarra. Y hacia el cielo en volutas, una oración , un silbo… que hizo a San Fermín llorar.
 

REALIDAD VIRTUAL

ángel Novillo Sánchez De Pedro

La realidad a veces se me hace pesada, preñada de sinsentido. Las apariencias se han convertido en falsas certezas. La vida parece un videojuego.
Nos hacen creer que la realidad virtual, es la auténtica. La que fabrican unos cuantos a su antojo pretendiendo imponerla a todos. Llena de falsos racionalismos. Todo medido y cuadriculado. Políticamente correcto. Demasiado domesticado.
Sí me gusta la vida cuando me guardo las convenciones junto con el que dirán, en un bolsillo y corro, dejando el miedo entre mi espalda y las astas de los toros. Ahí el miedo está bien, porque no te paraliza, sino que te hace avanzar e ir construyendo momentos que forman el tapiz del tiempo.
Sí me gusta la realidad cuando se siente la vida y se descorre el velo de las mentiras. Cuando la democracia no se convierte en la dictadura de las mayorías, si no en el respeto a la diversidad.
Sigo corriendo, sintiendo mi realidad, la realidad que quiero, y no la que me dictan otros. Compruebo que así soy libre.
¡Angelito, ven a cenar!
Apago el ordenador. GAME OVER. No pasa nada, mañana correré en San Fermín. Afortunadamente la realidad todavía no se ha convertido en un videojuego.

 

NOVATOS.

José Oscar Rodríguez Zarraluqui

Recién llegados, los cuatro enfilamos la cuesta de Santo Domingo, miramos las manecillas del reloj instalado en la fachada del ayuntamiento y caminamos hasta detenernos al inicio de la calle Estafeta. Esta asoma inquietante. Nosotros nos miramos nerviosos. ¿Deberíamos participar en esta carrera de locos? El miedo me empuja a pasitos cortitos hacia el vallado…Imagino que como a los demás… Trotamos despistados, cuando un desconocido con camiseta a rayas nos trasmite, en su idioma, que un cohete ha tronado sobre el cielo de Pamplona. La muchedumbre inicia una alocada carrera. Empujones, caídas, rasguños y los astados sin aparecer. Pulsaciones y adrenalina se disparan cuando percibimos que los tenemos encima. Asustado me tiro por un diminuto hueco entre las tablas del vallado cuando veo un par de pezuñas oscuras, grandiosas, pisotear con violencia la pantorrilla de un corredor y seguir, como si nada, su camino. Los gritos y aspavientos se suceden mientras resoplo tranquilo. A salvo.
Al cabo de un rato me encuentro con mis compañeros de viaje. Los tres han dado con sus huesos en el suelo. Nada grave. Se santiguan por seguir vivos.
Camino de una pensión de mala muerte, bromeamos y quedados para correr otro encierro en Pamplona, aunque no sabemos cuando.