IX Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


GOOD VIBES

Vanessa Martínez Asiain

Amazement. Astonishment. Chaos. Courage. Delight. Elation. Excitement. Exhaustion. Fatigue. Fear. Freedom. Friendship. Happiness. Hunger. Love. Movement. Nervousness. Sleeplessness. Surprise. Thirst. Union and so on.
The list wouldn’t be finished without exceeding 204 words. Countless feelings and emotions are part of the 204 hours of Sanfermines. Everyone has their own ones, but in the end, the important thing is to feel.
 

LAS TRAVESURAS DEL SANTO

Julia San Miguel Martos

A principios de julio los carteles con la foto de Fermín, un anciano desaparecido de pelo cano, barba de muchos días, y camisa y pantalón blancos invadieron las calles. Como si fuera un político pidiendo el voto del vecindario, su rostro llenó los árboles que cercaban el paseo que iba del psiquiátrico a la calle mayor. Luego se empapelaron las marquesinas de los autobuses y las paredes. Y con los días, su imagen se extendió por las redes sociales. Nunca se recibieron noticias suyas, pero en muchos foros juraban y perjuraban que lo habían visto haciendo autostop camino de Pamplona. Y otros que, con más agilidad que un joven, lo avistaron corriendo por la Estafeta en los sanfermines delante de los toros, con su pañuelico atado al cuello. En el psiquiátrico, los demás pacientes celebraban la travesura de traer en jaque a la policía por haberse escapado, él, que siempre se las había dado de santo, insistiendo en que no podía faltar a su fiesta mayor. Nadie salvo ellos parecía reconocerlo por la televisión cuando conectaban en directo con los encierros. Y lo vitoreaban con sus servilletas rojas, sabiendo que él llevaba puesta la que faltaba del comedor. 

EMOCIÓN

Vanesa Arrondo Jiménez

Me despierto sobresaltada… Algo invade mi cuerpo, es una sensación extraña, como mariposas recorriendome el cuerpo desde la cabeza hasta los pies…
Ayer trasnoche bastante, son las 12h, miro por la ventana y veo el inmenso mar, y mis ojos se llenan de lágrimas desgarradoras, tengo escalofríos, me tiemblan las manos, siento un vacío enorme dentro de mi ser…
Mi cuerpo siente la misma emoción año tras año, es igual dónde esté…
Voy al armario, rebusco en el cajón y cojo el pañuelico, me lo anudo al cuello… ahora ya, me siento mucho mejor, una sonrisa se dibuja en mi boca, y mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas, pero esta vez de felicidad…
Mi espíritu sanferminero se activa siempre, aunque me encuentre en la otra parte del mundo… Mi vieja Pamplona, cómo te echo de menos…
Viva San Fermín!!!!