Historia de un Secuestro(VII).El rescate 1


Resumen: Chapete, el Huracán de Bacalar, maestro de toreros, está secuestrado. Tras pactar Don Pepote Slim, futuro suegro del maestro con el Famoso Pimienta, una entrega del rescate en situación caótica, se disponen al encuentro. ¿Qué sucederá? sus consecuencias y el resultado, penden de un hilo. Manejado con maestría por Edisson El Famoso Pimienta.

10 de Julio 11:55 AM
Casco viejo.
Procesión silletera de los Gigantes.

Mira que el Famoso Pimienta ha visto de todo. Rodar cabezas con motosierras al ritmo de rancheras. Cabezas balanceándose en puentes que jamás lo fueron. Lo que no estaba preparado, era para el ataque silletero pamplonica. Madres desaforadas empujando su silleta contra las botas del Famoso Pimienta. Vasos gigantes de fritos grasientos y variados. Gritos histéricos y caos trepando por su oreja.

Un par de veces estuvo apunto de volverse con el hierro que emergen de sus ojos y corrobora el bulto de su chaqueta. No obstante, no era su guerra. El rescate esta por encima de todo, inclusive el marianito que le acaban de verter sobre su pernera .Eso en Culiacán era pedir numero para el camposanto. País de chingones, murmura entre los humos de su habano.

La entrega del millón de dólares esta pactada en medio de este manicomio. No corresponde liarse a una balacera en medio de malditos enanos, padres estresados, gigantes y cabezudos. Uno de ellos le pega tal vergazo a Edisson, El Famoso Pimienta que a punto está de sacar, ahora sí el hierro. Comprueba que con el estruendo de la bala pasaría desapercibida. Sin embargo, se le acerca susurrándole:

-Patrón, esta ya todo arregladito. Espere no más. El Zaldiko, cuando venga, traerá el rescate.

-¿El que chingón? Te la estás jugando…
-Un hombre – caballo.
-¿Tengo cara de creer en unicornios y princesas?
-Atienda, por ahí viene.

Tal como se ha presentado, reclamado por la chavalería colocada de azúcar, se esfuma el kiliki.

Mitad hombre, mitad cabalo, aún rumia Edisson, El Famoso Pimienta. No jodás hermano, ésta te la guardo.

Contradiciendo sus pensamientos, el Zaldiko, mamporro aquí, vergazo allá, se hace paso hasta Él. Un arco iris de colores le abrigan. Peculiar, cuando menos.

-Patrón, tengo el rescate pegado al culo.

La sonoridad es psicodélica. El personaje también.

-¿Cómo está diciendo usted?

Los gigantes bailan al unísono, los cabezudos mamporrean a diestra y siniestra.

-El millón de dólares está pegado bajo la grupa del caballo. Usted dirá que hacemos.

-Bájate de esa montura y deja que Papito maneje.
-¿Y cómo lo hacemos? No podemos…
-Páseme el chingue caballo. A mí me vas a enseñar a montar.

La operación se hace con cierta celeridad, pero sin llamar la atención de los presentes, embelesados con el baile de las telas girando alrededor de los gigantes.

Una vez hecho el cambiazo, gorro incluido, procede a la huida. Cosa fatua, a causa del millar de presentes histriónicos. Así que toma el palo en una mano, en otra un spray tamaño Xl lleno de pimienta de todos los colores. Marca de la casa.

Así se escabulle el Famoso Pimienta. Vergazo a la derecha, spray de pimienta a la izquierda. Jamás se vio algo así en las calles de la vieja Iruña.

Sin embargo, alguien sí que lo observaba desde un primer balcón. Es don Pepote Slim, relamiéndose.

(Continuará)


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