marcelo


Otra de carteles 14

     Aprovechando el artículo sobre el próximo concurso de carteles para las fiestas de San Fermín 2010, leí hace poco un artículo de opinión sobre los carteles de fiestas. Hacía referencia a si hay que dar tanto bombo a un concurso como ese. La verdad, creo que es bonito un cartel anunciador de las fiestas, aunque con el «arte moderno» que ahora prevalece, casi todos los años es un clamor la falta de «calidad artística» o por lo menos arte que llegue al pueblo llano, que al final es el mayor interesado.

     Yo desde luego soy de la opinión que es mucho más bonito un cuadro de un bello paisaje de montaña a un estúpido cuadro abstracto. Y creo que valen mil veces más los carteles de hace 20 o 30 años que las manchas blancas y rojas que dibujan ahora. Puede que yo sea un analfabeto artístico, pero creo que mucha gente opina igual o parecido.

    Además, creo que pocas veces ganan artistas autóctonos. Incluso puede que alguna vez haya ganado alguien que jamás ha pisado Pamplona en fiestas. De todas formas yo de un año para otro ni me acuerdo como fue el cartel anunciador de San Fermín, ni el de la Feria del Toro, así que puede que yo no sea el más indicado para opinar.


Montones en el encierro 3

A lo largo de la historia del encierro hemos vivido momentos trágicos, con cogidas espeluznantes, momentos de muchísima tensión y peligro. Sin embargo, pensar lo que siente un corredor que se ve metido en un montón en décimas de segundo, tiene que ser tremendamente angustioso.

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Afortunadamente ya hace unos cuantos años que no hemos vivido montones grandes en el encierro, lo que resulta paradójico, ya que el número de corredores en el encierro actual roza ya la saturación. ¿Por qué se producían antes esos montones? ¿Por qué ahora con tantísima gente no se producen? Yo la verdad no lo sé. Hay diversos factores que influyen en ello. Los mayores montones se han producido en el callejón de la plaza de toros, debido a su estrechez y a la gran afluencia de corredores que quieren entrar con los toros en la plaza. Repasemos los montones mas importantes que se han producido en el encierro.

1922. 7 de julio. Estreno de la nueva plaza de toros. Toros de Vicente Martínez. Montón en el callejón. Los toros, azuzados por los pastores, subieron por la masa humana y entraron en la plaza. 100 heridos.

1943. 7 de julio. Al formarse el montón, de nuevo en el callejón, los toros se pararon y tardaron tres minutos en pasar por encima. La gente salió corriendo hacia atrás y se formó otro montón a la entrada del callejón, con lo que los toros quedaron encerrados entre los dos.

1957. 7 de julio. Guardiola. Callejón. 

1960. 7 de julio. En la calle estafeta. Un toro embistió el montón de gente. 20 corredores heridos.

1970. 8 de julio. Se formó un montón en el callejón, en el que 40 personas resultaron heridas; una de ellas de gravedad.

1972. 7 de julio. 1 herido por asta de toro, Miguel Ángel Vicente -puntazo- y 22 heridos en el encierro y 25 en las vaquillas. Antonio Martínez Elizondo. Montón que cortaba el paso en el callejón, los toros se dieron la vuelta. La barrera de Espoz y Mina estaba abierta y los toros regresaron hasta la barrera de la bajada de Javier. A su regreso, la manada no tuvo problemas para ingresar en el ruedo. El encierro duró nueve minutos.

1972. 13 de julio. Toros de Samuel Flores que se encuentran un montón en el callejón. 18 heridos leves.

1974. 8 de julio. Montón antes del callejón.

1975. 9 de julio. En el callejón. Al formarse el montón, los cabestros saltaron por encima, pero los toros se dieron la vuelta y salieron a la calle. Al volver al callejón, se abrieron paso a cornadas por la barrera. 16 heridos graves y un muerto: Gregorio Górriz. De todas maneras, Gregorio es empitonado por Navarrico en tres ocasiones en el burladero, ya dentro de la plaza, y no en el montón. El Ayuntamiento decide abrir gateras por la sucesión de montones. 

1977. 8 de julio. En el callejón. Un muerto: José Joaquín Esparza (asfixiado en el montón) y treinta y cinco heridos.

1987. 10 de julio. Al final de Estafeta, pequeño montón. Toros de Osborne. Novelero se fija en los mozos caídos y empitona al corredor local Gaizka Aranguren.

1993. 11 de julio. Toros de Pablo Romero. Al final de la calle Estafeta montón espectacular. En 16 años no se habían registrado situaciones similares. El toro «Papelero» queda atrapado entre los mozos y lo tienen que sacar a punta de periódico. 

2004. 12 de julio. Jandilla. A la entrada del callejón. La manada pasa por encima. Dos toros se dan la vuelta. Un toro rojo deja tres heridos por asta y uno negro empitona por cinco veces Julen Madina, dejándolo herido grave.

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Yo el que recuerdo como más impresionante el del año 1977, quizás porque yo era un niño todavía y las imágenes me impactaron. Quizás ahora no pasa porque muchísimos de los «corredores» entran antes de tiempo en la plaza, porque hay más atletas que antes, o porque el azar o la divina providencia no lo permite. Esperemos que no tengamos que ver esos angustiosos momentos nunca más.


Trabajar en San Fermín 22

A mí afortunadamente jamás me ha tocado trabajar durante las fiestas. Y más vale, porque si tienes que trabajar tienes dos opciones. Una de las opciones es ir con un resacón tremendo y aguantar la jornada como se pueda. La otra es retirarse después de los fuegos y no mirar atrás para no sentirte atraído por la juerga.

Yo afortunadamente sólo he faltado una vez al chupinazo. Fue el año que estuve retenido en Madrid durante la mili. Y en mi empresa, aunque no está situada en Pamplona, se declara semana festiva. Yo lo tengo claro ahora. Cuando tienes 20 años puedes aguantar más o menos un día de curro después de un juergón, pero cuando ya pasas a ser treintañero no es lo mismo. Por eso siempre he admirado a la gente que le toca trabajar en fiestas, léase comerciantes, empleados de banca, «funcionarios», camareros, toda la gente de hostelería, etc, etc.

Sin embargo hay muchos de ellos que después de su jornada, o media jornada, salen a disfrutar de la fiesta como el que más. La verdad es que depende mucho de cómo sea cada uno. Hay gente que sabe disfrutar hasta cuando está descojonado. Yo recuerdo una vez que fuimos a fiestas de Tafalla a pasar toda la jornada, puesto que hacíamos jumelage con una peña de allí. Me retiré para las 12 de la noche, ya que entraba a trabajar a las 6 de la mañana. No olvidaré nunca ese día. Lo primero que hice cuando llegué al curro fue vomitar. Las dos siguientes horas las pasé de pena. Cuando llegó mi jefe me dijo que parecía un cadáver. Le dije que me había sentado algo mal, jeje.

Por eso el trabajar en fiestas tiene su peligro. O tienes buen aguante, o tómatelo con calma.


Propósitos sanfermineros 4

Hace unas pocas semanas iniciábamos un nuevo año. De todos es sabido que solemos prometernos a nosotros mismos que haremos deporte, que dejaremos de fumar, que tengo que cuidarme, ser más generoso, etc.

Yo recuerdo cuando éramos unos mozalbetes, no hace mucho tiempo, yo por lo menos me hacía en vísperas de comenzar las fiestas una serie de propósitos sanfermineros. Algunos de estos imposibles eran éstos:

Este año tengo que empalmar por lo menos 4 días. Después de estar de farra tantas horas desde por la mañana mi cuerpo me decía que si tu te quedas yo me voy.

Otro firme propósito era conquistar 5 ó 6 mozuelas durante las fiestas. Luego el resultado era más bien escaso, pero la voluntad ahí estaba.

Otra cosa que siempre me proponía al comenzar las fiestas era que tenía que comer bien, sano, y a buenas horas. Al final de las fiestas mi estómago era por dentro de color rojo vino, y con más grietas de las que yo deseaba.

Y lo que creo que todos nos proponemos en fiestas es que tengo que disfrutar al máximo, que luego el año es muy largo. La verdad es que siempre te queda la duda de si podías haber hecho esto o lo otro para gozar más, pero que nos quiten lo bailado. Siempre nos quedarán buenos recuerdos para toda la vida. Y este año 2010, nuevamente haremos nuevos y quizás también viejos propósitos sanfermineros.


Pamplona, ciudad de contrastes 10

Sin duda nuestra querida ciudad es una ciudad de contrastes. Uno piensa que vive a veces en un tranquilo pueblecito. Exagerando un poco claro. Pensando una mañana de domingo, en que uno sale a la calle, y encuentra apenas unos matrimonios paseando en chándal. Unas abuelillas que van a misa de 12. Unos padres con su niño en la silleta dirigiéndose a un parque cercano. Que tranquilidad.

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Los turistas que nos visitan durante el año se encuentran una ciudad de provincias, emblemática eso si, pero la mayoría se imaginará a ésta pequeña ciudad durante las fiestas. El cambio es tan brutal que mucha gente no puede soportarlo y se exilia durante esta semana de 9 días.

Es diferente la manera de moverse de la gente, cambian radicalmente los hábitos de vida. Durante el año nuestra ciudad no es muy pródiga en actos culturales o festivos para disfrute de todos. En cambio durante la semana de fiestas hay una infinidad de actividades, atracciones, conciertos, etc, etc.

Todos los años tenemos que escuchar la misma cantinela: «Los sanfermines morirán de éxito». Ja.

No creo y no tiene porqué. Mientras estemos tantos sanfermineros, y la cantera siga produciendo nuevos sanfermineros jamás morirán.

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