Guiris


Más cornadas da el paro

En febrero de 2015, glosé la figura del escritor Bill Hillman, un estadounidense que fue corneado a la entrada del callejón, ello a pesar de haber escrito un manual de supervivencia para principiantes en el encierro. Ya entonces vaticiné que esa cogida era el pasaporte para la fama y quizá una arriesgada pero efectiva campaña de promoción literaria. No me equivoqué.
Tal y como se preveía, el lanzamiento editorial estaba servido, con esa costumbre tan arraigada actualmente de convertir en libro cualquier desgracia personal o familiar.
Ya tengo entre mis manos el ejemplar y en una futura entrada quizá les pueda dar una opinión al respecto. Creo que detrás del personaje hay una vida bastante interesante.

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No obstante, Bill Hillmann tampoco perdió el tiempo aquel verano del 2014. Pasé por alto en mi anterior post que ese encuentro con Brevito (a pesar de que el protagonista se empeñe en llamar Bravito) le permitió acceder al sueño de cualquier periodista. Publicar en el The Whashington Post.

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https://www.washingtonpost.com/opinions/i-got-gored-in-pamplona-but-i-will-run-with-the-bulls-again/2014/07/18/e683be6a-0b94-11e4-b8e5-d0de80767fc2_story.html?utm_term=.51be3788e14c

Pero no sólo eso. También pudo ver su hazaña en las páginas del mismísimo Toronto Star, el periódico en el que Ernest Hemingway publicó sus primeras crónicas en los años 20 sobre la Fiesta de Pamplona.

 

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Les aseguro que muchos periodistas se dejarían pillar por un toro e incluso por una manada de búfalos para alcanzar tan altos honores. Aunque bien es cierto que la profesión periodística se está dejando dar muchas cornadas por otro tipo de cuestiones. Pero eso ya es materia para otro tipo de columnas. Más cornadas da el paro y las facturas hay que pagarlas al final de mes.

Para quien no tenga tiempo para la lectura del artículo, les extraigo esta perla:

«El toro, llamado Bravito, que significa «feroz», me atravesó con el cuerno el muslo derecho y me levantó en el aire. Agarré mi entrepierna y pensé: Gracias a Dios no eran mis huevos. Quiero tener hijos.»

También, por si es de interés, les enlazo un estupendo reportaje sobre él aparecido en junio de este año que firma Anna Grau.

http://www.elespanol.com/reportajes/20160624/134987179_0.html

 

 


El Derbi de los 1.000 kilómetros 1

Llegadas estas alturas del año vemos como cada fin de semana hay noticias futbolísticas relacionadas con ascensos, descensos, títulos y eliminatorias de play offs. Ojala el sábado puedan los rojos alcanzar esa ronda eliminatoria para subir a Primera.

En cualquier caso, y eclipsando a la Champions, el fin de semana pasado ya se ha producido el encuentro de ida de uno de los acontecimientos más esperados del año. Lo que se conoce como el Derbi de los 1000 kilómetros y que enfrenta a la Feria de la Manzanilla contra los Sanfermines. Sanlúcar vs. Pamplona. Un reto ya tradicional que deja secuelas físicas y emocionales. Este año los visitantes quisieron demostrar desde el primer momento quien mandaba, y a pesar de la climatología adversa (más de 27 grados) y la poca costumbre a la manzanilla el grupo navarro se lanzó al ataque como si no hubiera un mañana. El tiki taka andaluz no podía ante el brío demostrado por los pamploneses, claros dominadores del primer envite. El viaje mañanero a un lugar extraño para nosotros como es la playa y la exposición al sol, junto a la escasez de pucheros revitalizantes y exceso de las más exquisitas frituras hizo que los sanluqueños dieran un paso adelante y dominasen la segunda parte del encuentro. El sistema táctico empleado por los del sur mezclando sevillanas, con soleares, con bulerías, superó a los navarros que se defendieron como pudieron durante esa fase del encuentro. Salieron con la cabeza alta de aquella emboscada clamando venganza.

Las cartas estaban sobre la mesa y las emociones a flor de piel. Había que darlo todo para volver a Pamplona con un resultado honroso y vaya si se consiguió. El sol se convirtió en lluvia mordiana que revitalizó al grupo navarro, que tras visitar la figura de San Fermín en la Hermandad del Rocío, salió a las casetas con la firme idea de que se subirían con la victoria. Fue una prórroga de manual. Los navarros conscientes de su superioridad física frente a los sanluqueños que aprovechaban jugar en casa y demostrando también un increíble aguante. El cansancio nos hacía hasta bailar por sevillanas. Los arrimones que se dieron a lo largo de todo el encuentro se intensificaron en los últimos minutos con resultados dispares. En este aspecto algunos de nosotros no son competencia para ellos. Visto lo visto ambas partes pactaron un empate en la ida y compartieron amigablemente las últimas horas de tan bonito encuentro.

En la despedida, y sin exaltar la amistad ya que esta no hace falta exaltarla más, quedamos dirimir el derbi durante los Sanfermines. Intentaremos poner nuestras condiciones, almuerzos y comidas pantagruélicas, kalimotxo de pelea y fresco por la noche.

Una gozada tener amigos así, de los que se puede disfrutar tanto aquí como allí. Seremos encantados de la vida sus imperfectos anfitriones.

 


San Fermín, Hemingway y el Ministerio del Tiempo 4

ministerioA poca gente se le escapa que El Ministerio del Tiempo es una de las series más divertidas de la televisión actual. Si al siempre sugerente tema de los viajes al pasado le sumamos el interés por la Historia y unos guiones, dirección e interpretación muy acertados, el resultado no puede ser más entretenido y, desde luego, bastante más interesante que otros muchos contenidos que se muestran por la pequeña pantalla.

Este pasado lunes, en una de las habituales macarradas o guiños con los que la serie obsequia a sus fans, un grupo de funcionarios de este peculiar Ministerio decide viajar a los Sanfermines de 1931 para celebrar la despedida de soltero de uno de ellos.

Por cierto, que igual sería interesante rodar un capítulo completo en esa época, con nuestros gigantes sin corona y los carlistas entorpeciendo el Riau-Riau, pero esa es otra historia.

Pero volviendo al tema, y conociendo como conocemos en este blog el poco acierto con el que la televisión trata nuestras fiestas, no deja de ser curioso este enfoque divertido, basado en los tópicos habituales, eso sí, pero qué le vamos a hacer. Cabe destacar, al menos, que los actores llevaran la faja en su sitio y los pañuelos anudados con cierta gracia, aunque no fuese el blanco el color predominante en el atuendo sanferminero de nuestros abuelos (tan solo Rodolfo Sancho viste pantalones de color, algo más aproximado, posiblemente, a la realidad de la época; por otra parte, que una chica vista como un hombre en 1931 encaja perfectamente en las inclinaciones sexuales del personaje interpretado por Cayetana Guillén Cuervo).

Peor parado por el tópico sale Ernest Hemingway, pero eso nos importa menos a los susceptibles sanfermineros profesionales, ya que somos poco de leer.

Os dejo aquí la escena en cuestión:

Y aquí un vídeo, emitido en el mismo programa, en el que a partir del minuto 8 se recuerdan las visitas de Hemingway a Pamplona:

En el mismo vídeo podemos ver una versión, excesivamente castellanizante, de la batalla de Las Navas de Tolosa, pero ese es otro tema cuyo análisis se lo dejamos a Mikel Zuza y Begoña Pro, que son quienes saben del asunto.

 


Don de lenguas 5

El sábado pasado fui al bar Fitero para tomar un par de vinos mientras veía el fútbol. Me acomodé en una mesa al fondo. Fútbol vi poco porque nada más sentarme una cuadrilla se me plantó justo delante colonizando con sus cabezas mi ángulo de visión. No me importó demasiado. Las dos personas que tenía frente a mí ofrecían un espectáculo más sugerente que la tele. Se trataba de un joven oriundo intentando explicarle a una mujer de rasgos asiáticos en qué consistía San Fermín.

Dos detalles convertían el espectáculo en maravilloso: a) el chaval estaba borracho, y b) la explicación era en inglés.

Pero no un inglés cualquiera, no. Un inglés nivel navarro que nunca han puesto el pie fuera de España. Un inglés marcado por todos los acentos de la ribera. Un inglés colosal que la Japonesa (de ahora en adelante la llamaremos así) se esforzaba en comprender aunque no siempre con buena fortuna. “¿Yu anderstan mi?”, le preguntaba nuestro paisano cada dos o tres frases; y la japonesa sonreía (más por educación que por otra cosa) y le mantenía la mirada como vaca que ve pasar el tren.

Así, mientras nuestro amigo trasegaba todas las cervezas que le pasaban los amigos de la cuadrilla, le fue instruyendo sobre las peñas (a lot of pipol, very frien… y todo el mundo canta lololo, lolo, lololoooooo… ¿Yu anderstan mi?). Le contó luego el magnífico ambiente que durante esos días impregna la Estafeta (le señalaba a la calle y decía: ¿Yu si? ¿Yu  si ol dis??? Y cuando la Japonesa asentía él contestaba: Pues esto no es nada, in San Fermín… yu cant guolk, you cant guolk… a lot of pipol… ¿Yu anderstan mi?).

Le tocó luego el turno a los encierros, a los toros y a los bailes regionales, pero eso sí, dejando las cosas muy claritas: jiar, no flamenco ni hostias… dis is Navarra… aquí jotas… jotas y dantxas… ¿Yu anderstan mi?

A la postre no sé cómo acabó la cosa porque me largué a ver la segunda parte al Burgalés que tiene la tele más grande, pero tengo para mí que este año el descenso de turistas japoneses será notable… Ni el alcalde de Yamaguchi va a venir…y si no ya veréis, al tiempo.


San Fermín Veterans 4

Desde los años 60, son muchos los guiris, preferentemente de origen anglosajón, que no se pierden su cita anual con San Fermín. Son más de cinco décadas de presencia ininterrumpida, que han convertido a estos sanfermineros en octogenarios con unas necesidades muy especiales.

De ahí la construcción del nuevo ascensor de la plaza de toros, que permitirá un mejor acceso a las personas de movilidad reducida. Es solo una de las medidas que, al parecer, podría estar preparando la Meca para atender a esos abonados que nunca faltan por sanfermines.

Foto: Calleja. De la web http://torosennavarra.com/

Foto: Calleja. De la web Toros en Navarra

Estas personas podrían alojarse en la propia Casa de Misericordia, del 5 al 15 de julio, y contarían con menús especiales, en los que no debería faltar la txistorra light, el chuletón asado sin sal y el patxaran sin alcohol.

Asimismo, serían atendidos y conducidos por personal especializado a actos como el Txupinazo o el Encierro, tendrían mesas reservadas en la terraza del Windsor y muchas de las orquestas de verbena incluirían en su repertorio canciones de los Beatles y de los Rolling Stones.

Y, para cuando llegue el momento de su marcha definitiva, no sería descartable que Tanatorio Irache estableciera los convenios pertinentes con aseguradoras británicas o norteamericanas para garantizar el descanso eterno de estos San Fermín Veterans mezclados con la arena de nuestra plaza de toros, las aguas del Arga o los corrales del Gas.

Que esperarían así, para siempre, al siguiente 6 de julio.