Encierro


Pamplona, cinecittá durante las fiestas (I)

Hay abundante información acerca de las películas que han tenido como telón de fondo las fiestas en honor a San Fermín. De manera muy somera quiero ir apuntando algunas anécdotas o curiosidades al respecto de algunas.

Para empezar, me confieso parte de esa nueva tribu denominada «seriéfilos», integrada por padres de familia de mediana edad cuyos hijos pequeños nos les permite ir al cine y están demasiado cansados para ver una película entera cuando las criaturas ya duermen plácidamente. De ahí que seamos consumidores de series cuya extensión de capítulos (45 minutos) se ajustan a esas actuales necesidades. Tras este preámbulo traigo a colación a Joshua Jackson, un habitual en series como «Dawson crece» o la más reciente «The affair» (les recuerdo que una nueva moda seriéfila es no traducir el título), un drama romántico que engancha por su novedoso punto de vista narrativo.

Pues bien, el tal Joshua protagoniza una poco conocida película rodada casi íntegramente en Pamplona durante las fiestas de 2005 (además de haber utilizado escenarios de Dantxarinea y Zubieta).

Se trata de «Americano», donde participa el famoso Dennis Hopper y se desarrolla en torno al viaje iniciático de un estudiante universitario recién graduado en USA que viaja como tantos otros a Pamplona en busca de emociones fuertes, y al parecer las encuentra. Es lo que podríamos llamar una «road movie», aunque esta vez sería más bien una «bull movie».

Les dejo con el tráiler, con saltos desde la fuente de Navarrería incluidos, para que juzguen ustedes si merece la pena un visionado:

httpv://vimeo.com/38480916

 


Audiencias 1

Para los que disfrutamos viendo los encierros de San Fermín, siempre que la noche anterior no se haya alargado más de lo previsto, supongo que serán de interés los datos de audiencia televisiva que tienen estos en todo el mundo. De momento, podemos decir que se mantiene el interés general por supervisar la carrera a través de la caja tonta.

La audiencia media de los ocho encierros de los sanfermines de 2016 fue de 1.692.000 telespectadores, con un 69,9% de cuota, superando en algo mas de 40.000 espectadores del año 2015.

El encierro más visto fue el miércoles 13 de julio, con 1.814.000 espectadores, con toros de Nuñez del Cuvillo, y el menos visto, el del domingo 10 de julio con 1.368.000. Supongo que el domingo la gente prefiere alargar el sueño, de ahí el bajón.

A pesar de todo, las audiencias no alcanzaron las registradas en 2014, con 1.751.000 espectadores, ni el récord que data de los sanfermines de 2010, con 1.776.000 espectadores.

En Navarra, el seguimiento medio fue de 123.000 espectadores, con una cuota del 99,2%, lógico por otra parte. Y yo me pregunto, qué estaba viendo el 0,8% restante?


HISTORIA DE UN SECUESTRO (I). La bienvenida

5 de Julio 12:25 PM
Hotel Sancho Ramírez
21 º, brisa agradable.

El Hotel muestra un trajín propio de las vísperas. Un comité de bienvenida, expectante, espera la llegada del Maestro mexicano Chapete “El Güerito de Bacalar”. Es la primera vez que se atreve a saltar el charco tras una larga trayectoria por cosos, tascas y lupanares aztecas.

El hall luce una gran pancarta que reza “Bienvenido Maestro Chapete, el torero que no teme a la muerte”.Un enjambre de periodistas, aficionados taurinos y curiosos esperan su llegada. No ha sido sencilla su contratación. Además, la salsa rosa también cuenta con él, desde que se anunció su compromiso con la primogénita de uno de los mayores empresarios taurinos mexicanos. Pepote Clim. Un despliegue fuera de lo normal.

El aullar de las sirenas anuncia su inminente llegada. Detrás de las motos, una calesa tirada por dos caballos hace su apoteósica aparición. En ella, Chapete, pertrechado de sombrero de ala ancha, traje blanco y descomunal colmillo en forma de puro “Te Amo 1880 Torito” en la boca, va saludando al gentío que a ambos lados, corea su nombre. Carlota, su prometida, radiante, va colgada de su brazo. Estampa de otros tiempos aderezada de puro marketing. Business ser business.

Unos mariachis atacan la famosa ranchera de José Alfredo Jiménez, “Que te vaya bonito”:

Cuantas cosas quedaron perdidas
Hasta dentro del fondo de mi alma
Cuantas cosas dejaste encendidas
Yo no se cómo apagarlas.

El ambiente dentro del hotel es excepcional. Todo está preparado. Botellas de tequila y mezcal para hacer amena la espera. Un reducto de elegidos, compromisos y catering digno de una delegación olímpica. Equipo de seguridad inclusive. Don Pepote no quiere que sus alegales negocios interfieran en el despegue europeo de su futuro yerno. No le acaba de convencer la unión de la niña de sus ojos con Chapete, pero ante la insistencia de su hija no cabe sino plegarse .Ya le atará los machos cuando haya pasado por la vicaría.

La entrada de la pareja hace que suban los decibelios hasta el delirio. El gerente del Hotel, Don Sancho hijo, les saluda. Sus ojos no pueden sino detenerse en la belleza de Carlota. Alta, elegante, morena, ojos negros azabache, con una sonrisa propia de una Miss. Que lo fue, en el último concurso de Miss Quintana Roo, actuación incluida de la petarda de Paulina Rubio. Todo financiado por su padre. Desde que se le murió su mujer, no tiene sino atenciones para su niña, aunque hoy en día sea una mujer de rompe y rasga, a pesar de ir cosida al crápula de Chapete.

Declaraciones a los medios de prensa, brindis deseando toda la suerte al maestro en sus dos tardes dos, firmadas con la Meca para los últimos días. Quizás demasiado compromiso para el azteca, pero era eso o nada. Una tarde con las figuras, a pesar de su recelo en compartir cartel con el azteca. Otra, exigida por Chapete, pare enfrentarse a los legendarios Miuras. No quiere que le echen en cara el tener a tan poderoso padrino. Él se siente torero por encima de todo, y quiere demostrarlo. De ahí su temprana llegada a Pamplona. Quiere tomar el pulso a la ciudad, y porqué no, también un poco de fiesta. Que somos de carne y hueso, le comentó a su cuadrilla, que queda y apocada, descansan ya en sus habitaciones. Todos no. Su inseparable mozo de espadas, Cani, le apremia:

-Maestro, es la hora de comer. Se nos está haciendo tarde.

-Tranquiloooo Cani, me fumo el último y vamos. Necesito un poco de airecito no más. Voy a fuera y estamos.

-Pero maestro, no debiera usted….

-No me seas menso, canito…

Y ahí se fue el maestro como una locomotora para afuera, humo cosido a su sombrero. Demasiado ruido y farándula incluso para él. El verde del parque Yamaguchi le atraía, quizás por ese color tan parecido a los cenotes de su tierra. En estas estaba Chapete, meditando.

Eso le hizo no percatarse de que por su izquierda, una furgoneta blanca con los cristales tintados frenaba en seco, abría el portón lateral de la que surgieron raudos y veloces dos hombres, lo agarraban por los hombros y se lo metían adentro…Cuestión de quince segundos.

Los guardaespaldas salieron acelerados hacia el exterior, desenfundando sus armas en vano. Sobre el asfalto, el puro de Chapete, aun humeante, era el único vestigio del rapto del maestro.

(Continuará)


Facultades

En fin, muy atrás nos quedaron ya los Sanfermines y hasta los Txikitos se nos han ido ya hace tan solo dos semanas.
Ahora que empezamos lo que solemos llamar nuestra travesía del desierto, no os voy a hacer ningún resumen de fiestas ni a hablar de las de 2017 (ya habrá tiempo para pensar en ellas cuando se inicie la escalera allá por enero).

Lo que me viene a la cabeza es la sorpresa y el impacto que supuso enterarnos a finales de agosto del fatal accidente de Julen Madina en La Zurriola.
Cuando se confirmó el desenlace, aparecieron en los periódicos comentarios varios, fotos de hace unos años y entrevistas con opiniones de gente relacionada de alguna manera con el encierro.
Más allá de los tópicos, me quedé con algunas declaraciones que achacaban las críticas o animadversión de algunos sectores de Pamplona básicamente a envidias y celos por ser Julen un corredor de lo mejor que ha habido en el encierro.

No tengo la impresión de que así haya sido, pues no creo que nadie le haya etiquetado como un mal corredor sino más bien todo lo contrario. En todo caso entiendo que las críticas le vinieran en su momento por entender que quizás pudiera estar tratando de mercantilizar el encierro por medio de la empresa Team Building Encierro que creó con otros socios.

De cualquier modo y pasando de polémicas sin sentido, personalmente me quedo con el recuerdo que tengo en especial de los encierros de los ochenta, cuando su nombre no era aún tan popular y solo le reconocíamos por su inconfundible aspecto.
Tengo grabado como solía ver las repeticiones de los encierros a la hora de comer con mi padre y al llegar el tramo del callejón nos fijábamos para localizar a Julen y siempre solíamos comentar “joder, hay que ver que facultades tiene y como corre el calvo ese”.

Descanse en paz.


Más cornadas da el paro

En febrero de 2015, glosé la figura del escritor Bill Hillman, un estadounidense que fue corneado a la entrada del callejón, ello a pesar de haber escrito un manual de supervivencia para principiantes en el encierro. Ya entonces vaticiné que esa cogida era el pasaporte para la fama y quizá una arriesgada pero efectiva campaña de promoción literaria. No me equivoqué.
Tal y como se preveía, el lanzamiento editorial estaba servido, con esa costumbre tan arraigada actualmente de convertir en libro cualquier desgracia personal o familiar.
Ya tengo entre mis manos el ejemplar y en una futura entrada quizá les pueda dar una opinión al respecto. Creo que detrás del personaje hay una vida bastante interesante.

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No obstante, Bill Hillmann tampoco perdió el tiempo aquel verano del 2014. Pasé por alto en mi anterior post que ese encuentro con Brevito (a pesar de que el protagonista se empeñe en llamar Bravito) le permitió acceder al sueño de cualquier periodista. Publicar en el The Whashington Post.

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https://www.washingtonpost.com/opinions/i-got-gored-in-pamplona-but-i-will-run-with-the-bulls-again/2014/07/18/e683be6a-0b94-11e4-b8e5-d0de80767fc2_story.html?utm_term=.51be3788e14c

Pero no sólo eso. También pudo ver su hazaña en las páginas del mismísimo Toronto Star, el periódico en el que Ernest Hemingway publicó sus primeras crónicas en los años 20 sobre la Fiesta de Pamplona.

 

torono

 

Les aseguro que muchos periodistas se dejarían pillar por un toro e incluso por una manada de búfalos para alcanzar tan altos honores. Aunque bien es cierto que la profesión periodística se está dejando dar muchas cornadas por otro tipo de cuestiones. Pero eso ya es materia para otro tipo de columnas. Más cornadas da el paro y las facturas hay que pagarlas al final de mes.

Para quien no tenga tiempo para la lectura del artículo, les extraigo esta perla:

«El toro, llamado Bravito, que significa «feroz», me atravesó con el cuerno el muslo derecho y me levantó en el aire. Agarré mi entrepierna y pensé: Gracias a Dios no eran mis huevos. Quiero tener hijos.»

También, por si es de interés, les enlazo un estupendo reportaje sobre él aparecido en junio de este año que firma Anna Grau.

http://www.elespanol.com/reportajes/20160624/134987179_0.html