Alojamiento


El encierro actual no está en peligro 4

Tranquilos amiguitos. El encierro, tal y como hoy lo conocemos, no está en peligro. Al revés. Poco tiene que ver con la esencia originaria de acompañar en prueba de valentía el traslado de los toros de los corrales a la plaza, pero lejos de poder «morir de éxito» tiene larga vida.

Y es que las mismas cosas que podrían matarlo son las que le harán perdurar. El encierro es hoy un gran negocio. Mueve mucha pasta. Basta imaginar cómo bajaría el interés turístico de nuestras fiestas sin él. ¿Lo iban a permitir los bareros, tenderos, hoteleros y demás charlatanes de feria?

¿Renunciaría la Meca al suculento contrato de exclusividad de las imágenes del interior de la plaza?

¿Se quedarían de brazos cruzados los diversos canales de TV (no sólo TVE y 4) al perder la tajada publicitaria de primera magnitud que supone insertar anuncios entre repetición y repetición? (por cierto, que aunque los anunciantes cambiasen el anuncio de un año para otro tampoco iba a pasar nada, que te pones a ver el encierro del día 7 y parece que están en el día de la marmota…).

¿Permitirían el diario de Navarra y el Noticias una decisión que reduciría sus ventas y sus inserciones publicitarias? (si bien por el contrario tendrían un importante ahorro en papel al quitar 700 páginas diarias de fotos del encierro)*.

¿Aceptaría el Ayuntamiento la desaparición de uno de los eventos de mayor relevancia m-u-n-d-i-a-l?

Seguro que me dejo en el tintero muchos más grupos de interés. Hasta el Urmeneta ha desembarcado el año pasado a una con la Cuatro. Y todos hemos podido aprender cómo se corre en academias web.

Y contrariamente a lo que se piensa, el día que el morenico se despiste y haya 74 muertos por asta de toro, ese día la repercusión se disparará formidablemente, con lo que todos los aludidos se frotarán nerviosamente las manos y en sus pupilas aparecerá el signo del dólar.

Resumiendo: lo que todos identificamos como el cáncer del encierro es lo mismo que va a hacer que no desaparezca.

Entretanto, habrá que buscar remedio a cuestiones menores como la llegada de la peste del mundo de la farándula (avanzadilla el año pasado gracias a Cuatro con Boris, etc.), y la proliferación (parecen corronchos de onttos beltzas en Lantz) de mangarranes que se presentan con alegres coloridos para que se les vea en casa, o narcisos (como bien se les ha definido en este blog) que buscan la fama sirviéndose del encierro, seguramente siguiendo el ejemplo de un tío que durante años fue un anónimo «el calvo del bigote», y que hoy en día es distinguido tertuliano y avezado aventurero mediático del que todos conocemos nombre, procedencia, vida y milagros.

 

*: Un ruego a la prensa escrita local: o publicamos en el pie de foto el nombre de todos los corredores o el de ninguno. La discriminación es ofensiva. Todos los que salen se están jugando el pellejo con las mismas armas.


Manual del (im)perfecto anfitrión (IV) 3

La semana pasada vimos cómo se sobrellevaba con bastante dignidad el almuerzo y la mañana del día 6. Tras el Txupinazo se viven, tal vez, las mejores horas del ambiente de calle de los Sanfermines. El encocimiento popular y compartido marcha in crescendo y la gente canta, baila y bebe apretada en los pequeños bares y calles del Casco Viejo. Se pueden observar las primeras vomitonas pero en líneas generales se vive un extraordinario ambiente de euforia desmadrada.

Como sabéis, queridos lectores, habíamos montado un grupo de 35 personas para el almuerzo. La mitad de ellas, aborígenes, y la otra mitad, gente venida de distintos puntos de la Península y más allá. Entre las dos y tres del mediodía ya nos hemos olvidado de que teníamos un bote común para pedir las bebidas en los bares y todo el mundo se dedica a invitar y ser invitado. Es fácil juntarte con tres cañas en las manos, o dos cañas y un cubata, o un botellín de agua si eres prudente (esto último es poco recomendable, pues enseguida te encontrarás con otras tres cervezas o copas de txanpan en las narices).

A eso de las 4 o 5 de la tarde alguien cae en la cuenta de lo bonito que sería comer. Un rápido bocata a modo de comidameriendacena. Para aquellos que no lo hayan hecho ya, el café postbocata supone el punto de arranque de abuso del cubata.

Es probable que en medio de la tarde de cubatas y bailes de bar en bar, de peña en peña, te topes con los gigantes y kilikis por primera vez en las fiestas. Para una persona de Pamplona, es un momento muy emocionante. Y tratarás de transmitir esa emoción a tus hospedados, aunque no te entiendan muy bien…

De esta guisa afrontaremos la primera noche de las fiestas, con el pelotón del grupo inicial cada vez más mermado por las huidas (a tiempo) a casa o por desapariciones sospechosas. Lo veremos la próxima semana.

Por cierto, feliz escalera a todas las personas que nos leéis. ¡Ya es 3 de marzo! ¡¡¡Ya falta menos!!!


Manual del perfecto anfitrión (II) 3

Ya es 5 de julio por la tarde. Qué bien. Con mi coche enmedio de un atasco de pelotas rumbo a la estación de tren, que hay que recoger a las chicas de Barcelona. Más o menos a la misma hora llegan los ingleses a la de autobuses. Uno de ellos conoce Pamplona, así que mejor que vayan directos a mi barrio, el Casco Viejo.

Sigo en el atasco. Mi coche es viejo y no tengo aire acondicionado. Sudo la gota gorda. Joder, a estas horas yo debería estar en los Corrales del Gas viendo las ganaderías de la Feria del Toro, los toros que cada día correrán el encierro. E irme luego de vinos con los amigos, como toda la puta vida. Pero aquí estoy, camino a la estación, que soy el mejor anfitrión.

Recojo a las catalanas, vuelta al atasco y llegamos al Casco Viejo. Descargamos trece bultos (es increíble, sólo van a estar tres días) y rumbo a mi casa. Los ingleses esperan en el bar de al lado (cuatro mochilas, son hombres) con bien de cerveza (en vaso de plástico, que hoy es víspera de la víspera).

Subimos cinco pisos, sin ascensor, y reparto de habitaciones. La mía para ellos y la de invitados (desinfectada urgentemente), para ellas. Yo dormiré en el sofá del salón, que echo ahí la siesta y es super cómodo. LOS COJONES.

Una vez repartidas las camas, las de verdad y las colchonetas, nos aseamos y bajamos a tomar algo y cenar.

Estos ocho foráneos quieren salir de juerga hoy mismo. Para conocerse, supongo.

¿Alguien puede explicarles que mañana es día 6 y se almuerza a las 9 de la mañana?