Archivo por días: 5 de febrero de 2018


IX Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ADRENALINA

Carmen Acevedo Sanz

Era temprano, hacía calor y estaba parado en medio de una marea blanca y roja, nervioso, muy nervioso, mi corazón latía tan fuerte que juraría que podría oírse por encima del bullicio de la gente. Llevaba mucho tiempo esperando aquel momento y no sabía si estaría a la altura. No sabía si me atrevería ya que aquello era sólo para valientes. Y de repente ahí estaba, el sonido del primer cohete y mi cuerpo en tensión como nunca antes. A lo lejos vi a la gente correr y empecé a correr despacio, girando constantemente la cabeza atrás para ver como esos enormes toros bravos giraban la curva de Estafeta, entonces una adrenalina sin precedentes invadió mi cuerpo, mis pies se aceleraron, mi corazón parecía que iba a estallar y tenía la boca tan seca que no había ni saliva que tragar. Al instante esas bellas y rápidas bestias de media tonelada me alcanzaron, estaban detrás de mí, sin pensarlo me aparte a un lado pasándome sus cuernos afilados a escasos centímetros de mi piel. Fueron solo segundos, pero fueron los más largos e intensos de toda mi vida. ¿Repetiría? Seguramente no, no soy tan valiente pero ese gran momento jamás lo olvidaré. 

WHAT WAS HAPPENING?

Iñaki Ayerdi Remón

I arrived in Pamplona in June from an American country, I was looking for a new life.
I liked Pamplona because it was quiet, friendly and green.
I was living in a little hotel in San Nicolás Street. I only had a few days in Pamplona and I was still adapting to the weather, to the people, the food …, when something very strange happened.
It was Monday, 6 th July. That night, I heard a lot of noise, there were a lot of people in the street, I didn´t know the reason, but I decided to stay in the room.
In the morning, I looked out to the balcony and saw, a large crowd dressed in red and white.

What was happening?

Frightened I went down to the street. Everyone, still was dressed in red and white. I was stunned, everybody seemed happy.

What was happening? has the world gone crazy?

Someone splashed me with wine, the quiet city I knew was chaos. A person watching my face told me that they were getting ready to go to the chupinazo.
I saw increasingly people in red and white.
Frightened I went back to the hotel and I didn´t go out for hours.
 

EMOCIONES

Pablo Alonso Rodríguez

Al fin habían llegado las fiestas. En su mente iba contando los meses que faltaban para iniciar de nuevo el proceso. Ese rito que le producía emoción y gozo. Realmente disfrutaba de los encierros. Aquel movimiento multicolor, lleno de pasión y entusiasmo. Una vehemencia de genio, facultades y aptitudes. El arte de las costumbres, la tradición y el carácter. La personalidad de un pueblo y sus habitantes.
Al fin volvía San Fermín, un regreso tan esperado de emociones y alegría. La figura indiscutible del toro como protagonista. La casta de un emblema que se mostraba en su apogeo. La lucha del hombre y la bestia en un combate primario. Primero en una carrera hacia la plaza, el cosmopolita encierro. El trayecto conocido en todo el mundo, multicolor y deslumbrante. Un sendero de épica y lirismo, donde fluye la armonía, el riesgo, el espectáculo y una hermosura plena de libertad. Una ceremonia de acción donde se combina la técnica, la inteligencia y la fuerza. Una demostración de estirpes y de linajes. La evidencia diversa, no sólo en las personas, sino también en los toros. Y tras esa ofrenda, el talento y sentimiento de un hombre y un toro en un culto de vida y muerte
 


Fin de semana intenso 1

Dos de febrero, escalera; tres de febrero, San Blas; cuatro de febrero, coros de Santa Ageda.

Sí, señoras y señores, fin de semana intenso el que hemos pasado en un Casco Viejo amenazado por una nieve que apenas ha aparecido y por un frío persistente.

En nuestro barrio, al segundo peldaño de la escalera le sucede la festividad de San Blas, con sus caramelos, sus roscos y sus txantxigorris en el mercadillo de la plaza de San Nicolás. Al tratarse del fin de semana anterior al de carnaval, este año ha coincidido con la fiesta de caldereros, con lo que no ha resultado difícil cruzarse con cuadrillas de cíngaros y cíngaras por nuestras calles.

Y en una tarde fría de domingo bonito, los coros de Santa Ageda han recorrido el barrio, con unas voces estupendas detrás de su farolillo.

Ha sido un buen fin de semana de actividades tradicionales y entrañables, caseras, muy alejadas del ocio industrializado que nos han impuesto en el Casco Viejo en los últimos años.

Ha sido bonito, sí.

Ya llegarán días peores.