Archivo por meses: octubre 2016


Relevos generacionales 6

Por mucho que nos lo quieran presentar de otra manera, los sanfermines evolucionan a la par de cómo evoluciona la sociedad. No evolucionan a voluntad de políticos de un color u otro, ni lo hacen por intervención de unos colectivos u otros. La incorporación de la mujer a la fiesta -aún incompleta- estaba ya avanzada por la propia acción de las mujeres cuando comenzaron a proliferar los grupos organizados. Se están popularizando plataformas que reclaman espacios para la participación ciudadana… ¡en los sanfermines!

En este contexto, encaja perfectamente el estudio del relevo generacional. De los sanfermines de nuestros mayores hay varios símbolos que están no ya en peligro, sino en vías de extinción. La bota de vino (y el propio vino), cantar en las sobremesas, el vacile sano, las alpargatas y la txapela, el peligro en el encierro, las jotas (nuestro punkarra de cabecera Gaupaseitor quiere suprimirlas pero para ello previamente deberán existir…), las ferias de ganado (uno de los pilares de la fiesta antes más), los blusones, y un largo etcétera. Ver desterrado de las fiestas de San Fermín Chiquito el pañuelico rojo y sustituido por el pañuelo de arrantzale particularmente me da pena. Los nostálgicos no lo llevamos bien.

Pero más vale que nos amoldemos, porque nuestros hijos ya van apuntando por dónde se moverán los sanfermines del futuro más próximo. El macrobotellón ya es un hecho, el chiquitear o el ir de bar en bar como una pelota de pin-pon, el hacer la París-Niza en una noche serán vestigios de otra época en breve.

Qué decir de las corridas de toros. Un imprescindible en Pamplona, pero están tocadas. Al cada vez mayor descrédito de la fiesta de los toros hay que añadir que el aforo ya no se llena, y la chavalería no viene empujando a los que otrora tenían que aferrarse como podían al tendido para aguantar más allá de los 40 tacos. Los síntomas son claros, la vitalidad languidece, no se renueva el repertorio, la crítica actual es burda y soez frente a épocas de sátira brillante, se ha perdido la sorna, y la ley del mínimo esfuerzo impera en el apartado gastronómico. Prueba de todo esto esto es que la Meca está tratando de enganchar a las nuevas generaciones con espectáculos familiares por las mañanas, con el fin de asegurar la continuidad del negocio en el medio plazo. Han visto que el panorama no es nada alagüeño.

¿Y las maneras de relacionarse? Ya ni el ligoteo va a tener cabida en los sanfermines. Por un lado porque el trabajo actual se desarrolla en la nube, y por otro porque si seguimos por el camino que vamos, lanzar un piropo te puede meter en problemas. Pamplonudo nos podrá ilustrar sobre las diferentes alternativas que se estén barajando cara a futuro para mantener esta práctica, salvo que esté definitivamente llamada a desaparecer. Veremos cómo las nuevas tecnologías modulan los comportamientos (¿alguien pensaba hace una década que en el móvil sabríamos al minuto dónde está la comparsa?).

El tema da para mucho más de lo que cabe en un post de blogsanfermin.com. Además, da igual lo que hagan las mesas que se creen, y por supuesto será divertido ver cómo se redacta el famoso libro blanco de los sanfermines. La sociedad irá moldeando los sanfermines de manera imperceptible pero implacable. Los que quisiéramos luchar por la pervivencia de los sanfermines que hemos conocido iremos perdiendo punch porque la edad no perdonará, tanto en lo físico como en lo relativizador. Y la juventud impondrá su modelo de sociedad, y de ahí resultará el modelo de fiesta. Muy por encima de las voluntades.

 


De todo un poco 1

Hemos hablado mucho en este blog sobre si los Sanfermines necesitan publicitarse para que venga más gente y de si no es necesario ya que son mundialmente famosos. También se ha debatido sobre el hecho de que no se usen los Sanfermines como reclamo durante el resto del año, ya que prácticamente no hay referencias a los mismos en las calles de Pamplona. Otro asunto es el qué tipo de Sanfermines queremos trasladar a la gente de fuera, para que tengan una idea del modelo de Sanfermines que queremos.

Este último aspecto está claro que no esta funcionando. Este año el Ayuntamiento de pamplona lanzó una campaña que ha sido elogiada y copiada por otras ciudades pero hemos visto que el resultado ha sido nulo. Tendremos que valorar si estamos dirigiéndonos al público correcto.

En el tema de las referencias sanfermineras en la ciudad fuera de los sanfermines, nos cansamos de ver como, por ejemplo, se agolpa gente en la puerta cerrada del callejón de la plaza de toros para sacarse fotos sin poder entrar. Afortunadamente La Meca hadado un paso adelante en este asunto y para primavera se prevé abrir la plaza al público como ya se hace en muchas ciudades. La visita es muy interesante tanto para los visitantes como para los pamploneses.

Y relativo al encierro he leído que se ha trasladado hasta Sevilla. Una exposición pionera, itinerante, que emplea tecnología interactiva y que gira en torno al acto más conocido de nuestras fiestas. Aquí ya lo hemos visto. Veremos si gusta por ahí.

http://encierroexhibition.com

P.D. Gracias por contar conmigo. Prometo mejorar.


Sé tú mismo 3

Cuesta de Santo Domingo, camino de la plaza Consistorial de Pamplona. 7 de julio. Un grupo de peregrinos franceses entra por Casa Seminario a la plaza del Ayuntamiento y grita a un fervoroso ‘sanferminero’ de los de blanco, rojo y ‘Navarra es tan pequeña que no se ve en el mapa’ pidiendo que les haga una foto. El hombre, un tipo de mediana edad, que arrastra la faja, no parece entender al francés. Me acerco y le digo: «te está pidiendo que les hagas una foto». «¡Ah! gracias», responde y raudo se coloca junto a los franceses, exactamente en medio del grupo, con la imponente fachada de la Casa Consistorial detrás. Entonces, me entrega a mí la cámara. El «salao»  grita: «tira tú la foto y así nos haces a todos juntos» y yo,con cara de alucinado, no doy crédito al espectáculo al que asisto. Obedezco. Los peregrinos franceses resisten la embestida del lugareño para hacerese hueco y yo, la cornada. Ellos se dejan fotografiar entre la risa y los comentarios jocosos. Y el tipo, al terminar, para rematar su extraordinaria actuación se me descubre no como un listo sino como un filósofo: «Yo, fotos no sé hacer. Pero ya dijo alguien ‘sé tú mismo. Los demás puestos están todos ocupados», «el tuyo», por mí, «es el de fotógrafo. Y el mío, en el centro de todos los saraos». Gora San Fermín! digo por lo bajini y viva la madre que te parió.


Audiencias 1

Para los que disfrutamos viendo los encierros de San Fermín, siempre que la noche anterior no se haya alargado más de lo previsto, supongo que serán de interés los datos de audiencia televisiva que tienen estos en todo el mundo. De momento, podemos decir que se mantiene el interés general por supervisar la carrera a través de la caja tonta.

La audiencia media de los ocho encierros de los sanfermines de 2016 fue de 1.692.000 telespectadores, con un 69,9% de cuota, superando en algo mas de 40.000 espectadores del año 2015.

El encierro más visto fue el miércoles 13 de julio, con 1.814.000 espectadores, con toros de Nuñez del Cuvillo, y el menos visto, el del domingo 10 de julio con 1.368.000. Supongo que el domingo la gente prefiere alargar el sueño, de ahí el bajón.

A pesar de todo, las audiencias no alcanzaron las registradas en 2014, con 1.751.000 espectadores, ni el récord que data de los sanfermines de 2010, con 1.776.000 espectadores.

En Navarra, el seguimiento medio fue de 123.000 espectadores, con una cuota del 99,2%, lógico por otra parte. Y yo me pregunto, qué estaba viendo el 0,8% restante?


San Fermín en las manos 2

Mucha gente no sabe que las intérpretes de lengua de signos (ILSE) también interpretan los sonidos. Los sonidos que son relevantes para la comunicación solamente. El ruido de un avión que interrumpe una conversación, el soniquete de un móvil que hace que un ponente deje de hablar en una conferencia, unos nudillos que golpean una puerta en una consulta médica. Todo eso se interpreta para que la persona sorda se encuentre en igualdad de condiciones que un oyente. Para que se gire hacia un punto o sepa por qué alguien se calla. Hay un sonido que los ciudadanos sordos de Pamplona llevan muchos años queriendo escuchar (ojo, oír y escuchar no son lo mismo) en tiempo real. Si hay un ruido cargado de significado es el del Txupinazo. Todavía no se ha conseguido que la accesibilidad del acto más importante de los Sanfermines sea completa, bien se ha negado la presencia de una intérprete en algún balcón por parte del Ayuntamiento, bien, por ejemplo, TVE se ha negado a incluir una en su retransmisión. Si alguien piensa que la Comunidad Sorda va a desistir en la lucha por sus derechos, lo lleva claro, ni se cansan ni se cansarán y si no, al tiempo. Algunos pasos se han dado. Creo que fue en 2011 cuando me tocó interpretarlo, desde el interior del Ayuntamiento, en una retransmisión para Navarra Tv. El piso donde se situaba la prensa parecía el txoko de la Bruja Avería, había tanto cable por el suelo, entre equipos, cámaras y mil artefactos más que mi compañera no podía darme el relevo reglamentario cada 20 minutos, así que tuve que interpretar sin parar durante hora y media. La intérprete de apoyo no descansa mientras dura el servicio, no se lee un periódico o se mira las uñas, está frente a la que signa, recibiendo el mismo audio, atenta a todo, a cifras, a nombres o a la señal que pueda hacer la ILSE principal con la mirada pidiendo ayuda para recibir algún signo. Tuve suerte, la intérprete de apoyo que me acompañaba aquel día es lo que llamo una todoterreno 4×4, curtida en mil marrones comunicativos, alguien con quien puedes ir a interpretar a un infierno sonoro como es la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona un 6 de julio a las 11:30 sabiendo que vas a interpretar aunque ella tenga que hacer dibujitos, dar codazos a periodistas o subirse a una mesa para que la veas. Y había nervios, claro, muchos. No pasa todos los días. Interpretar ese agónico «¡¡¡pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín!!!» en el tiempo justo, sin que te tiemblen las manos, sin que se note que tu ritmo cardíaco está disparado y rezando para distinguir en el segundo exacto el sonido del cohete cortando el aire no es moco de pavo. Había repetido el signo del Txupinazo unas mil veces los días atrás. En casa, en el ascensor, frente a un espejo. Y mira que es sencillo. Es un signo de los llamados icónicos, se parecen físicamente a la realidad que representan: el dedo índice sale disparado en vertical en el cuadro signante desde el pecho hasta por encima de la frente. Hice mal el siguiente. El del «booom». Debería haber usado el signo de explosión, pero me salió el de «fuegos artificiales». Las dos manos que se abren en abanico por encima de mi cabeza. Luego supe que fue una buena elección, ya que hubo un fallo en la emisión y a las 12.00h se cortó mi imagen porque el enfoque se movió hacia arriba, de tal forma que en las pantallas del Paseo Sarasate alguna persona sorda, aunque no me vio la cara, sí vio las palmas de dos manos abrirse, explotar casi, en el aire. Y escuchó el Txupinazo.

Algo es algo.