Archivo por meses: mayo 2011


Los dos Encierros – Bi Entzierroak 10

Siempre hemos dicho que el encierro de Pamplona es especial. Es mucha la gente que viene desde diversas partes del mundo a San Fermín con casi el único objetivo de correr por las calles de Iruña a las ocho de la mañana.

Sea por su singular recorrido, por su tradición e historia, o por su fama mediática, estamos sin duda ante uno de los actos más emblemáticos de los Sanfermines.
Sin embargo dentro de lo que supone esto, hoy quiero escribir sobre la gran diferencia que hay dentro del mismo encierro pamplonés según la zona en que se corra.

No pretendo generar polémica ni hacer generalizaciones, ni clasificaciones de mejor o peor, pero sí transmitir esas diferencias que existen según cojas la curva de Mercaderes hacia adelante o hacia atrás.

Si empezamos desde Santo Domingo, la cuesta es bastante pronunciada y la velocidad de los astados es muy elevada lo cual hace que las carreras sean explosivas. Los cabestros suelen encabezar la manada, la indumentaria de los mozos en rara ocasión no es blanca, y no suele haber codazos ni malos rollos entre corredores, más allá de los comentarios posteriores a la carrera en sí. El pobre becario que le mandan a hacer entrevistas a esta zona, termina harto por no poder hacer su trabajo, ya que son muy pocos los que se dejan entrevistar. Hasta la edad de los corredores es más elevada, además de que parece que hay un tanto por ciento mayor de corredores locales.

Pero a partir de la calle Estafeta, la diferencia es sustancial en todos los aspectos; aunque la calle tira hacia arriba, no tiene la pendiente de Santo Domingo, el ritmo de los toros es más trotón, la manada se suele partir  y hay toros sueltos lo que facilita las carreras más largas e incluso hacer diferentes carreras en un mismo encierro. La metáfora de la serpiente multicolor que se dice del pelotón ciclista, es perfectamente aplicable a mayoría de los atuendos de los mozos de la Estafeta y codazos y empujones para coger mejor sitio delante de las astas están a la orden del día. Baja la media de edad y la disponibilidad de corredores hacia la prensa es mucho mayor.

Un mismo encierro, escasos metros y segundos de diferencia, y dos maneras diferentes de vivirlo, como el sol y la luna, como el ying y el yang.

¿Mejor?, ¿peor?… simplemente diferente.


De hogar a hotel 7

He estado viendo el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1. Esta carrera y la que protagonizan los toros en julio son, sin duda, los espectáculos callejeros que mayor repercusión tienen en el mundo.

Y claro, cuando uno vive en la Estafeta y anda ya como loco intentado cuadrar fechas para recibir a sus invitados, tanto a los que se quedan a dormir, como a los que vienen a ver el Encierro, le asaltan las dudas.

Dudas porque se pone a pensar en esa calurosa tarde del 5 de julio en la que, entre sudores, planchará durante horas esa ropa blanca que, milagrosamente, sigue entrando en el cuerpo de uno. Dudas porque al acabar con eso, tendrá que limpiar la casa a fondo, preparar las camas, hacer compra para un montón de días y un montón de gente.

Y dudas porque va el calvo ese que comenta la Fórmula 1 y suelta que en Mónaco se alquilan balcones por 2.000 euros por persona y día de carreras. Y claro, me he puesto a hacer cálculos: tantas personas que pasan por mi casa, 2.000 euros por barba…

En fin, pues eso, que no sé ni cuántos cubatas, a 5 euros cada uno, me voy a tener que chupar este año de gorra.


Pollo a l’ast 8

Para volver a San Juan desde el epicentro de la fiesta se utilizaban dos corredores principales: por el norte abandonando lo viejo por Antoniutti, y por el sur evacuando por la Vuelta del Castillo. Habia otras opciones, pero estaban reservadas a los amantes de las emociones fuertes: Vistabella y Ciudadela.

Un amigo de un amigo mio volvia siempre con sus amigos, y por lo tanto nunca con sus amigas, por las vias estandar. Se batian en cobarde retirada unas veces de noche, otras de dia, caminando como walking deaths, con ese aspecto enfermizo y blanquecino, y esa mirada que parece que no enfoca bien, aunque todos sabemos que cuando las cosas ahi afuera estan borrosas, da igual como las enfoques…

Por cualquiera de esas dos vias de escape, siempre quedaban las ultimas tentaciones. Unas atacando al ludopata que todos llevamos dentro, y otras invitando a reponer materia solida en el estomago, ahogado por las emociones vividas.

La mayoria de las veces ceder ante esas tentaciones era sencillamente imposible. El bolsillo se habia ido vaciando al mismo ritmo que se llenaba el higado. Y si quedaba algo de morralla, era obligado intentar sacar el peluche mas feo con las pinzas que no podian sacar peluches.

Esos regresos tenian su parte de reto. Habia que tener agallas para pasar junto a los restoranes de quita y pon sin sufrir el vaiven del magma estomacal subiendo y bajando por el esofago. Era lo ultimo que el cuerpo te podia pedir, sentarse en una de esas mesas a beber sangria de color negruzco, a comerse un plato de paella amarilla fosforito, o a masticar ese vinarro entre azulado y violaceo mientras apartabas a manotazos las polillas.

Pero un dia -la carne es debil- se sentaron y pidieron un pollo a l’ast…. ¡¡¡¡Y ESTABA COJONUDOOOOOOOOOOOO!!!!


Nuevo baile 4

Ahora que ya han acabado las elecciones, se ha dejado de opinar del cartel, e incluso ya solo se habla de quien tirará el cohete tras conocer los nombres de los posibles candidatos, (algunos ya sin opción por lo que parece) algunos seguimos trabajando para llegar a punto a nuestras fiestas, trabajando contra reloj y ya contando cada día que va pasando por que enseguida hablaremos de que ya no queda ni un mes y aún tenemos que ponernos en forma.
 
Nosotros seguimos en nuestra vorágine de ensayar y de perfeccionar nuestros bailes (estos de la Comparsa cada vez son mas tikis mikis), y ya estamos con el “tú tienes que ir allá”, o el “tú haz esto otro mientras ella hace esto otro” y con “esta vuelta es así en vez de asao”, en fin, que nos están volviendo locos. Pero claro, aquí no acaba la cosa, y es que este año al jefe de ensayos se le ha ocurrido meter una coreografía nueva (aún que yo sepa sin nombre, así que puedo trasmitirle vuestras ideas si queréis). Tiene buena pinta, aunque en serio, de momento desluce mucho por los movimientos tan absurdos y las posturas tan tontas de algunos (con perdón y desde el cariño) mientras se aprenden la coreografía, siendo nosotros testigos de tal espectáculo, ya que con nosotros solo lo hacen cuando ya están más seguros de los movimientos, o para comprobar algún paso con dificultad, y yo creo que el baile ganará sustancialmente cuando lo hagan con nosotros encima de ellos. Mientras tanto nos tienen en el lateral, haciendo de público.
 
La verdad que si algo es absurdo en esta vida es el movimiento de un porteador nuestro ensayando sin estar nosotros encima de él y hay que ver lo que cambia la cosa cuando estamos nosotros encima. Parecen hombres con pies de goma y con estilos diferentes, está “el estilo desgarbao”, “el estilo muelle”, “el estilo tieso” y un sinfín de estilos personales, porque nadie baila como nadie y cada uno baila de un modo personal, que no es ni mejor ni peor, solo que es diferente del de al lado. Éstas cosas son además las que a muchos les hacen confundirse cuando aprenden la coreografía, y es que se miran unos a otros y por la forma de bailar se llegan a confundir, liándose de buena manera, incluso a veces llegando a fastidiar al resto por la dificultad del baile.
 
Luego está el modo de realizar los bailes, cada coreógrafo tiene su estilo también, y aunque los bailes puede realizarlos personas diferentes en cada caso, luego se ponen en común y son retocados la mayoría de ellos, cosa que es normal, incluso yo diría que nunca se hace el baile como se diseña, siempre hay algo que se cambie y modifique, y si no que se lo pregunten a uno que yo me se……
 
Por eso espero que este año podáis apreciar este baile nuevo, que a mí me parece una chulada, pero que va a implicar mucha concentración y mucha precisión por parte de nuestros bailadores, porque si no, por ejemplo, las tortas que me voy a dar con Braulia y con Larantxala van a ser de aupa, al igual que cada uno de mis compañeros con quien tenga adelante o atrás, la suerte una vez más se aliará con Josemi y con Braulia, que ellos tendrán la mitad de posibilidades de golpearse por ser el primero y la última de la fila.
Un saludo y…..YFM


Cortando pelúas 5

Plaza de toros de Pamplona. 19: 00 de la tarde. Un día cualquiera de feria.
Los termómetros marcan al sol una temperatura que hace fundir las almohadillas y el cemento de las localidades en un solo cuerpo.

Un esforzado matador de la parte baja del escalafón acaba de dejarse la piel para hacer faena a un toro de esos con hierro correoso que jamás verá de cerca José María Manzanares. Llamar la atención del público le ha costado lo suyo. Citar de rodillas al toro en los medios y llevárselo cerca sol para plantar batalla, ha sido la única forma de seducir a un público disitraído por bombos y bombardinos. El colofón al desigual trasteo ha sido una estocada de la que el matador ha salido prendido con la taleguilla grana y oro destrozada. El matador, sudoroso, despeinado, con el corbatín desatado y el chaleco abierto  se abraza a Damáin, el alcalde de sol, al ver colgando de su cuello el pañuelo rojo. Al pasar por el «Tendido 6» son muchos los mozos que le saludan y lo aclaman. 

Al mozo el madrugón le ha costado lo suyo. Deambulaba medio sonámbulo por el mercado, con un cortado, dos alkazelser y un almax el estómago. Qué malas son algunas mañanas de San Fermín. Ha comprado el cordero, las cebollas y la carne de pimiento choricero. Le han dejado colarse de gañote en la cocina de una sociedad del casco viejo y tras rehogar el cordero con la cebolla y ajo ha tenido que ir al baño a echar la pela. Al primer vermout el cuerpo se ha recuperado. Una vez terminado el chilindrón meterlo en el perolo y sellarlo con la tapa no ha costado tanto. Por la tarde, en la plaza, tener la merienda entre las piernas ha sido el peor incordio: los de alante de pie, el sin poder incorporarse y dicen que hay un tío que abajo se la ha jugado.

 Ya ha muerto el tercer toro. Suenan las charangas y es la hora del reparto. Platos de plástico, cubietos y cucharillas blancos. Se coloca de lateral para servirlo con tino.
Cuando nota el color rojo en el hombro, un color ensangrentado, sabe que él no está herido. Aún no ha visto el cartílago peludo que ha caído sobre el chilindrón, pues él estaba pasando un plato. Cuando es consciente de lo que ha pasado, no sabe a quien maldecir más: si a los que pedían al matador que arrojase la oreja o a la mala puntería del coleta que la ha mandado a la octava fila.

 Si no fuese por la arenilla que portaba el apéndice sus amigos ni se hubiesen enterado.

 PD: basado en una leyenda urbana sanferminera